¿Cómo impactan las emociones en el trabajo?

Las emociones son algo extraño, complejo… Difícil de comprender. Pero al mismo tiempo, todos los humanos tenemos emociones. Así que mientras trabajes con humanos, las emociones serán algo que tendrás que tener en cuenta, y observar muy de cerca. Y cuando del trabajo se trata, hay un aspecto concreto que en muchas empresas se descuida, y que puede hacer estragos con la moral de tu personal. Y quiero explicarte un poco al respecto aquí. Los ejecutivos aún tienden a dar por hecho que su personal trabaja y obtiene buenos resultados sin importar si ellos se involucren o no, o al menos debería hacerlo. ¡Por eso se les paga!

Y aunque esto es cierto, también es una visión muy poco humana del trabajo. Las personas no somos máquinas. Y nada es más motivador que un agradecimiento genuino por el buen trabajo hecho. No hay cantidad de aumentos y beneficios que reemplace lo que logra una verdadera y honesta felicitación. Pero desafortunadamente, a menudo esto se descuida completamente en la mayoría de empresas.

«El ejecutivo tiene poco tiempo para prestarle atención a su gente… y usualmente se lo dedica todo al tipo problemático que acaba de volver a estrellar el carro de la empresa, o al vendedor que no vende. Pero, ¿y los más productivos? Ah, esos saben lo que hacen. Así que el ejecutivo les da más trabajo y se devuelve a ponerle atención a la gente problemática. Y esto es una excelente manera de perder a tu gente productiva.» Comenta Jairo Pinilla, director de Performia Colombia.

Esto es precisamente lo que desgasta la motivación de los mejores miembros de tu equipo, y los hace pensar en «buscar otras oportunidades».

Encuestas hechas a la población trabajadora muestran que el reconocimiento insuficiente y la poca atención son las razones más comunes por las que la gente cambia de trabajo. Que la gente no deja su trabajo: Deja a sus jefes. Y aunque puede que te hayas encontrado con actitudes y comentarios del tipo «Para qué quiero sus felicitaciones, ¡págueme más!», la verdad es que la única gente que piensa esto es usualmente la gente que a duras penas se merece el salario que se gana. A todos nos gusta el dinero y los aumentos, claro está… Pero hay cosas que importan más que eso.

«Ninguna persona que valora su propio trabajo cambiará la satisfacción personal por dinero. Ningún deportista de alto rendimiento renunciaría a su trofeo por un «premio monetario». Y aunque no todos disfrutan por igual el recibir trofeos ante un público, todos anhelan ver la sonrisa orgullosa de su entrenador, de sus padres, o sus amigos.» Agregó Pinilla.

Así que muestra interés en los más productivos de tu equipo. Dales tu tiempo y atención. Invítalos a almorzar o a tomar un café ocasionalmente. Y felicítalos en público cada vez que logren algo genial. Todo el tiempo que inviertas en ellos te será devuelto con creces.

Además, los mejores son usualmente aquellos que trabajan en sí mismos y quieren mejorar. Ofréceles la oportunidad de estudiar más, aumentar sus conocimientos o mejorar sus vidas, antes que a los más problemáticos. Te agradecerán la oportunidad más que nadie, y como saben que se la ganaron, la aprovecharán mejor que nadie.

Asegúrate de que tú y tus ejecutivos siempre tengan tiempo para dedicarle a sus mejores miembros de equipo, y verás que ese tiempo a menudo valdrá mucho más para ellos que un aumento a secas (Aunque si la empresa se lo puede permitir, y ellos se lo merecen, nadie le hará mala cara a un extra en la quincena). Cuando le dedicas tiempo a los mejores, los mejores te dedicarán más de sus esfuerzos también.

«Los empresarios a menudo ignoran el impacto que puede tener una felicitación o un agradecimiento, o a veces sienten que no sabrían hacerlo bien. Pero no necesitas grandes competencias sociales o ser un buen orador para felicitar de corazón. Si estás agradecido con alguien, díselo honestamente. Te sorprenderá cuánto bien puedes hacer por la persona y por la empresa haciéndolo.» Concluyó Pinilla.   

 

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